7 razones para visitar Copenhague

En un hecho: los países escandinavos tienen algo que los diferencia del resto de Europa. Y es que en mi primera visita a la tierra de los vikingos, descubrí que no es coincidencia que Copenhague se haya ganado el título de la ciudad más feliz del mundo. ¿La razón? Probablemente tenga que ver con su estilo, reflejado tanto en sus cafés como en cualquier bicicleta cuidadosamente colocada al lado de una puerta. Quizás porque en ella conviven el lujo (véanse los numerosos hoteles caros de la ciudad) con la paz de un estado libre llamado Christiania. En cualquier caso, la cuestión es que si buscas qué ver y hacer en Copenhague, aquí encontrarás por qué la capital danesa supo cómo conquistarme en tan sólo 24 horas.

Pasen y lean…

1. Los jardines Tivoli

¿Sabías que fue en Copenhague dónde Walt Disney se inspiró para crear Disneyland en Estados Unidos? En concreto la fuente de inspiración fue los Jardines de Tivoli. Situado en frente de la Estación Central, se trata del segundo parque de atracciones más antiguo del mundo (el primero es Dyrehavsbakken, también en Dinamarca). Si eres un fan de los derroches de adrenalina ésta es una parada obligada.

2. Sus adorables cafeterías

Caminar por el centro de la ciudad es asistir a un constante desfile de cafés, restaurantes y bares de cócteles. Y es que Copenhague es una ciudad con una fuerte tradición de reunirse con amigos y familia mientras te tomas ya sea un chocolate caliente como un cóctel bien cargado. Existe una palabra en danés que hace alusión específicamente a esa sensación de sentirse relajado y acogido: “Hygge” ¿Podrían ser más maravillosos?

Toda mi vida escuché que los países escandinavos nos ganan en todo y por supuesto, también en los elevados precios. Sin embargo (probablemente por el hecho de que llevo viviendo casi cuatro años en Londres) la capital danesa me sorprendió por la generosidad de sus platos y sus precios (no tan caros). Sin duda, una de mis recomendaciones para los amantes de las hamburguesas y la buena cerveza es Café Paludan (FIolstræde 12 -1117). Se me olvidaba decir que se trata de una fusión entre biblioteca y bar. Simplemente original…

3. Freetown Christiana

Había oído hablar de este estado independiente y lo cierto es que siempre me pregunté cómo sería caminar por aquellas calles sin ley, en las que todo está permitido. Para los que no hayan oído hablar de ella, la Ciudad libre de Christiania es un barrio autogobernado de unos 900 habitantes, quienes se consideran independientes del estado danés. Una vez dentro de estos muros, lo primero que llama la atención es su calle principal, conocida como “la calle del vendedor de estupefacientes” (¡doy fe de ello!), pero también llaman la atención sus casas coloridas y ese ambiente relajado entre sus habitantes, el cual te anima a pensar que no existen preocupaciones en el mundo. Christiana es sin duda una parada obligada para conocer «el otro Copenhague».

📷@williamshellard

4. Los jardines y parques

A la ciudad más feliz del mundo no le podían faltar jardines y parques. Caminar por un parque de Copenhague es sinónimo de respirar amistad y buen rollo en todos los sentidos. Si buscas un buen lugar donde hacer una parada para comer o simplemente contemplar la belleza de la vida pasar, no dudes en pasarte por Ørstedsparken en el centro de la ciudad o  por el parque Churchill, al lado de la ciudadela de Kastellet muy cerca de la mítica Sirenita.

Ostre Anlæg Park; Copenhague

5. La arquitectura danesa y el diseño

Si eres un instafriki como yo, la arquitectura única de Copenhagen nunca pasa de moda. La ciudad es un mix de edificios impresionantes, coloridos murales, luces neón y calles históricas. Para saber más sobre el diseño y la moda, dirígete al Designmuseum (los estudiantes y menores de 26 años tienen un descuento importante).

Tampoco te puedes perder las icónicas casitas del paseo marítimo de Nyhavm. ¡Son todo un icono de la ciudad! Hay muchísimos restaurantes a lo largo del paseo, aunque yo opté por ir a lo mochilero y comerme un hotdog sentada en el puerto. Sinceramente, ¡un plan perfecto!

6. Las bicis aquí son todo un arte

Es difícil dar dos pasos en Copenhague y no cruzarse con una bici ya sea en la carretera como en la acera (en este caso aparcada). Y es que la cultura de la bicicleta en Dinamarca viene de tiempos de antaño. Los habitantes de la capital la eligieron como el modo de transporte para llegar al trabajo tanto por su rapidez como por tratarse de un medio ecológico. Como dato curioso, decir que el primer carril bici de la ciudad se inauguró en 1910… Eso sí; ¡cuidado con ellas cuando cruces la calle!

7. Tiene algunos de los mejores hostels de Europa

Un buen lugar para alojarse en la capital danesa es el Urban House hostel. Está en el centro de la ciudad, súper cerca de los Jardines Tívoli, de la plaza del ayuntamiento y de la zona con más bares de la cuidad! Nada más llegar al hostel se puede sentir el buen rollo. Hay muchísimas zonas comunes, incluyendo una «hangover room» con grandes cojines en el suelo para tumbarse, una mesa de billar y un bar con happy hour diaria.

La cocina es enorme y está bien equipada, con etiquetas para marcar tus cosas y varias salas para sentarse, incluyendo una terraza. ¡El hostel también ofrece un desayuno bastante barato, es muy  completo y está riquísimo!

Urban House es el lugar perfecto para hacer nuevos amigos. Porque después de un día entero recorriendo la ciudad no hay nada como pedirse una Carlsberg bien fresquita y hablar de la vida con gente de todos los rincones del mundo.

Hangover room – Urban House

Terraza – Urban House

Reserva ya en Urban House!

¿Y tú? ¿Has visitado ya la ciudad más feliz del mundo? Dinos en la sección de comentarios cuáles son tus lugares favoritos de Copenhague.

Sobre la autora:

Marta L. (@Martazepol) es gallega, periodista y no sabe vivir sin dos cosas: cafeína y viajes. Marta es responsable de las Redes Sociales y el contenido para Hostelworld en español.

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