Lo más famoso de Múnich es el Oktoberfest, que atrae a más de seis millones de personas cada año. Pero la bella capital de Baviera es, además, un gran centro cultural donde se combinan arquitectura neoclásica, arte callejero y los palacios del centro, verdaderos exponentes de la cultura alemana y de la elegancia de la ciudad. Aquí también encontrarás naturaleza, tanto en la urbe como en los alrededores, para disfrutar del verano alemán. Y, evidentemente, ¡hay unas cervecerías increíbles! ¿Quieres saber por qué los alemanes aman tanto su cerveza? Múnich es el lugar perfecto para descubrirlo.
La ciudad es tan diversa, elegante y apasionante, ¡como sus opciones de alojamiento! Encuentra un hostel en Múnich barato y con montones de extras: desayuno buffet, sala de juegos donde conocer a otros mochileros, bar... ¡Y en algunos casos te permiten hacer camping durante el Oktoberfest! Pero todos tienen algo en común: un precio excelente garantizado y diversión al máximo.
La mayoría de hostels en Múnich están justo a las afueras del casco antiguo, así que podrás llegar fácilmente a los principales sitios de interés. También estarás muy cerca de Maxvorstadt, donde se encuentran algunos de los mejores museos y galerías, además de ser la zona universitaria. ¿Sabes que significa eso? Comida barata, bebida y un montón de gente joven.
Si visitas Múnich, no dejes de ir a Marienplatz, el alma de la metrópoli, donde podrás admirar el nuevo ayuntamiento y tomarte una refrescante cerveza en Hofbräuhaus, la cervecería más famosa de la ciudad y conocida en todo el país e internacionalmente. ¡Es del siglo XVI! No te pierdas tampoco el enorme parque público Englischer Garten, en el centro, uno de los mayores del mundo. ¿Más lugares imprescindibles? Los hermosos lagos alpinos a las afueras de la ciudad y el castillo de Neuschwanstein, a 5 km de la localidad de Füssen y a 2 horas en transporte público.
Múnich está llena de zonas peatonales, así que podrás moverte a pie, aunque también puedes optar por la bicicleta y aprovechar los carriles bici. En caso de mal tiempo (o si tienes resaca), la excelente red de transporte público es otra buena opción, con autobuses, tranvías, el S-Bahn y el metro a tu disposición. Los billetes se compran en las máquinas azules o en los quioscos que encontrarás por doquier.
