Cómo sobreviví a -30ºC en Laponia

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Durante el mes de Febrero me surgió la oportunidad de viajar a Laponia. Unos amigos que estaban residiendo en la zona me habían invitado a visitarles y, pese a que me considero una persona más bien friolera, ¡ni me lo pensé!

Laponia no es oficialmente un país, sino una región situada al norte de Europa que comparten Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Mi destino era Rovaniemi, la capital de la Laponia finlandesa. Un vuelo de hora y cuarto desde Helsinki me llevaría hasta allí. Esta ciudad se considera la puerta al Ártico por su cercanía al Círculo Polar. También es famosa por ser el lugar donde viven ni más ni menos que Santa Claus y los elfos que le ayudan. Un dato curioso es que su oficina existe realmente y se puede visitar para conocerlos y descubrir cómo se organizan para repartir regalos a todos los niños cada Navidad.

¿Te apetece hacer una visita a Santa Claus?

Durante mi viaje tuve ocasión de comer un salmón exquisito, probar la carne de reno (¡deliciosa!), conocer la cultura sami e incluso hacer una visita a Papá Noel. También dedicamos un día a hacer una excursión para disfrutar de la nieve y el paisaje. Lo que en principio parecía un plan poco especial resultó en el cara a cara con la naturaleza en el estado más puro que he visto en mi vida. El bosque, el silencio, los enormes lagos helados, la pureza de la nieve todavía sin pisar, cubriéndolo todo… Me sentí diminuta ante tanta inmensidad. La fuerza de la naturaleza me sobrecogió. Fue una experiencia realmente mágica.

Gracias a mi experiencia he podido crear una pequeña guía con las cosas que hice (o que debería haber hecho) y me ayudaron a estar más preparada para el viaje.

  1. Planificar la ruta
  2. Consultar la previsión meteorológica
  3. Ropa, ¿qué ponerse?
  4. Mochila, ¿qué llevar en ella?
  1. Evitar la deshidratación
  2. Hacer fuego
  3. Combatir el frío (señales de congelación y cómo evitarla)
  4. Animales

📷@miquel_such

Antes de salir hay que prepararse bien

1. Planificar la ruta

Hoy en día tenemos infinidad de webs, mapas online, apps y demás donde podemos encontrar las rutas propuestas por las instituciones u otros viajeros que hayan estado allí antes. Elegid la vuestra con cuidado, teniendo en cuenta cómo llegaréis hasta el inicio de la misma. No es complicado alquilar un coche o una moto de nieve, pero hay que tener mucha precaución al conducir por zonas nevadas y seguir siempre las normas, aunque haya poco tráfico.

También hay que ser realistas con la duración de la ruta, es mejor que sea corta que no que se os haga demasiado larga. Por último, deberemos informarnos sobre las horas de luz que va a haber. Dependiendo del momento del año estas pueden ser muy escasas.

2. Consultar la previsión meteorológica

Una tormenta de nieve en medio de un bosque en Laponia puede ser muy peligrosa, así como vernos rodeados por la niebla. Lo mejor es elegir un día soleado, con buena visibilidad. También es importante que nos fijemos en la temperatura que vaya a hacer para abrigarnos de forma adecuada.

3. Ropa, ¿qué ponerse?

La primera capa, la que estará en contacto con la piel, debe ser térmica (camiseta, mallas y calcetines). Encima de estos deberemos ponernos otro par, esta vez de lana.

Encima de las mallas nos pondremos los pantalones de nieve (unos de esquí pueden servir). Lo importante es que sean impermeables y nos protejan del frío.

Encima de la camiseta térmica te recomiendo ponerte una camiseta de algodón, que absorberá el sudor que se pueda emitir. Luego es el turno del jersey de lana o forro polar. Y, por último, el anorak, que deberá contar con capucha para proteger mejor el cuello. En el momento de elegir esta prenda debemos tener en cuenta que sea impermeable, que nos aísle debidamente del frío (los de plumas son ideales) y que cuente con aperturas con cremallera para evacuar el calor del cuerpo cuando estemos en movimiento.

En cuanto a los complementos, que en este caso son vitales, no pueden faltar los guantes. Lo ideal es llevar dos pares, primero unos finos térmicos y encima unos tipo manopla impermeable. Tampoco puede faltar el gorro, ya que la cabeza es el punto de pérdida de calor principal. Los mejores son los que cubren las orejas. Y en el cuello, lo mejor es contar con una braga tipo buff de forro polar que llegue a cubrir la nariz. Una bufanda también sirve, pero suelen ser más voluminosas e incómodas.

En cuanto al calzado, deberemos hacernos con unas botas que sean impermeables a la vez que transpirables, con suela aislante y con relieve para no resbalar. Para acertar con la talla, hay que tener en cuenta que es importante que podamos mover los dedos de los pies una vez calzados, ya que si la bota nos está demasiado pequeña podrían congelarse.

No debemos salir de casa con el pelo húmedo, por lo que lo más recomendable es ducharse por la noche.

4. Mochila, ¿qué llevar en ella?

  • Calcetines extra por si los primeros se mojan
  • Un teléfono móvil cargado a tope y baterías externas. Los móviles pueden dejar de funcionar en un lugar tan frío, por lo que es recomendable protegerlos con una funda de lana y sacarlos lo menos posible. Si no la tenemos, sirve un calcetín.
  • Un termo con agua, té, o la bebida que prefiramos. Si la llevamos en una botella normal es probable que se congele. No debemos olvidarnos de llevar líquido para ir bebiendo.
  • Comida. A parte de lo que podamos llevarnos si pensamos hacer una barbacoa, debemos contar con alimentos calóricos y que podamos ingerir rápido para reponer energía, como chocolatinas o barritas energéticas.
  • Una linterna, ya que las horas de luz al norte del planeta son más escasas. Lo mejor es que sea de tipo frontal (las que se llevan en la frente) para que nos resulte más manejable con las manoplas.
  • Un encendedor de nitrógeno.
  • Un reloj por si nos desorientamos por los cambios de luz.

Lo más recomendable es ir acompañado, pero si esto no es posible, avisaremos a alguien de la ruta que vayamos a hacer y de la hora a la que esperamos estar de vuelta. Es importante no adentrarnos solos en el bosque sin que nadie lo sepa.

📷@miquel_such

Una vez en ruta

1. Evitar la deshidratación

Lo más probable es que no tengamos sensación de sed, pero es básico que nos mantengamos hidratados acordándonos de beber cada poco rato. Si se nos termina el agua o la bebida que llevemos podemos derretir nieve para bebérnosla, pero nunca lo haremos directamente: es necesario hervirla primero.

2. Hacer fuego*

*Antes de hacerlo asegurémonos de que en el país donde nos encontramos la legislación lo permite.

Si no hemos encontrado un fireplace, que son sitios preparados a tal efecto, cavaremos un espacio en la nieve para que el fuego quede protegido del viento. Buscaremos madera de abeto, preferiblemente seca. En algunas zonas hay puntos con leña amontonada que se puede utilizar libremente. Lo ideal es que repongamos la leña que cojamos con madera que podamos recoger nosotros mismos, aunque esté mojada. De esta manera siempre habrá leña lista para los siguientes excursionistas.

Prenderemos nuestro fuego con el encendedor de nitrógeno, y si necesitamos avivarlo podemos hacerlo con musgo o líquenes secos. Para apagarlo basta con echarle nieve encima.

📷@miquel_such

3. Combatir el frío (señales de alerta de congelación y cómo evitarla)

Si notamos que empezamos a perder movilidad en alguna extremidad puede ser un síntoma de congelación. Quizás suene exagerado, pero hay que tener en cuenta que en Laponia podemos estar expuestos a temperaturas muy bajas que, al soportarlas durante un tiempo prolongado, pueden volverse peligrosas. Es importante mantener la calma, no hay que alarmarse, pero tampoco dejarlo pasar.

Una buena manera para hacer que la sangre circule hasta la punta de los dedos es mover los brazos en círculos. También es útil pegar los brazos al cuerpo y mover los hombros de arriba abajo.

Para las piernas, se puede saltar levantando las dos rodillas a la vez, como si quisiéramos tocarnos el pecho con ellas. Al principio cuesta mucho, pero a medida que vayamos entrando en calor nos iremos notando menos rígidos.

Hay que evitar sudar, ya que la humedad podría congelarse al detenernos. Si estando en movimiento notamos que empezamos a sudar, podemos abrir cremalleras de ventilación del anorak o incluso quitarnos alguna capa hasta encontrar una temperatura que nos sea cómoda, siempre con cuidado de no coger frío. Podemos ir abrigándonos de nuevo a medida que lo necesitemos, y sobre todo al detenernos.

4. Animales

No hay que olvidar que estamos en la naturaleza y hay que respetarla en todo momento. A parte de no dejar basura tirada, procuraremos no molestar a los animales y no darles de comer, puesto que no sabemos si podemos perjudicarles. Ellos saben cómo alimentarse.

En el caso de los renos no hay que preocuparse por si muerden, pero si nos acercamos a ellos o nos pasan cerca hay que tener cuidado con la cornamenta, podrían golpearnos.

Durante los meses de invierno no hay que preocuparse por los osos, ya que están plácidamente dormidos y es poco probable que veamos ninguno.

Laponia y sus bosques son un sitio maravilloso que, pese a las precauciones que hay que tomar para visitarlos con seguridad, merecen muchísimo la pena. A la vuelta de la excursión tuve la suerte de toparme con una aurora boreal, el espectáculo natural más bonito y emocionante que he visto nunca. Poder disfrutar de una de ellas no está garantizado, ya que no siempre se dejan ver, pero hay algo que nunca falla y que también resulta ser una magnífica recompensa tras la excursión: ¡una sesión de sauna!

Si quieres saber dónde ir para ver auroras boreales, ¡pincha aquí!

📷@miquel_such

¿Qué te ha parecido mi experiencia? ¿Has estado alguna vez a -30ºC? ¿Cómo combatiste el frío? ¡Responde en los comentarios!

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📚Sobre la autora 📚

Mariona Sanz

Mariona Sanz (Barcelona,1989). Periodista y escritora mediterránea. Viajo lento y escribo sobre desarrollo personal, educación emocional y feminismo. Sobre mi mesa, ahora mismo, dos proyectos: el documental Voices of Skjálfandi y MarionaSanz.com. Instagram @sanzmerions

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