¿Nerviosa por viajar sola? Lee esto
Cuando le contaba a mis amigos que me iba a dar la vuelta al mundo, la primera pregunta casi siempre era: “¿Y con quién?” Y, cuando contestaba que me iba sola, me miraban aterrorizados, con cara de pena y haciéndome mil una preguntas y aconsejándome “por mi propio bien”. Sí, soy una mujer que viaja sola. Queriendo. Y no, no me da miedo. Aquí explico el porqué.
Libertad, no soledad
Viajar sola quiere decir que eres libre de cambiar tus planes en cualquier momento. Quiere decir dormir hasta que me apetezca, explorar cuando me apetezca y donde me apetezca, y comer lo que me de la gana —y nunca tener que justificarme por ello. Los únicos compromisos que tienes cuando viajas sola son los morales. Lo único que debería echarte para atrás, sería en tal caso tu cuenta bancaria…
Sé que cada persona tiene su propia definición de lo que viajar. Cuando viajo, no me paso el día en la piscina del hostel yo sola, y no paseo por la noche a solas por un callejón oscuro. Claro que no. Cuando viajo sola, la verdad es que paso muy poco tiempo sin gente. Estoy constantemente rodeada de viajeros increíbles, con cantidad de historias que contarme y consejos que darme. La verdad es que es más fácil conocer a gente cuando viajas sola que acompañada.
Solo hace falta pasar una noche en un hostel para despertar con nuevos amigos. Ya sea para explorar la ciudad, o tomarse una cerveza bien fría, siempre hay alguien con quien compartir el momento.
Ser mujer no debería ser un problema
Como ya sabéis, soy mujer. Y, por eso, en alguna que otra situación, puedo tener más problemas de los que tendría un hombre. Pero, a lo largo de mis viajes me he sentido segura y nunca ha habido ninguna situación que, por ser mujer, no haya podido controlar. Leer blogs con consejos como Hostelworld, y seguir las recomendaciones de la gente que conozco en los hostels me es suficiente para sentirme segura para viajar sin nadie. Para cualquiera, ya seas hombre o mujer, lo más importante a la hora de viajar es estar preparado.
Solo hay un enemigo
Si viajas sola, solo vas a tener a un enemigo: tú misma. Solemos dejar que la duda, el cansancio, y las frustraciones del día a día nos consuman y, al viajar en solitario, puede ser duro. Cuando me siento así, me voy a correr a la playa, o a donde sea. Es la terapia que he aprendido viajando. Correr me da espacio para pensar en mi situación y me acabo sintiendo como nueva. Descubrir este truco me ayudó mucho en mi viaje. Buscar algo que te ponga los pies en la tierra es esencial para tu mente.
Hay veces que vas a tener que mimarte y quedarte en un hostel un poco fuera de tu presupuesto, pasarte el día en una hamaca viendo series o leyendo, y cuidarte. Es parte del viaje.
Ama al mundo
Podría seguir escribiendo durante horas porque amo viajar y aún más, viajar sola. Sé fuerte, saca todos esos miedos de tu mente que te están echando atrás, y empieza a planear. Pronto te darás cuenta de lo importante que es tener estas experiencias, cuánto vas a crecer, y cuánto vas a aprender viajando sola.
Sobre la autora:
Laura, con 28 años, dejó su trabajo en Alemania y se fue a conocer mundo. Sigue sus aventuras en su Instagram.
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