Viajar con un propósito: Voluntariado en ONG durante sus viajes
Para mucha gente, viajar significa disfrutar de un merecido descanso, desconectar de los problemas de casa y disfrutar al máximo de destinos nuevos y emocionantes. Pero los viajeros de larga duración, sobre todo los que llevan mucho tiempo en la carretera, pueden encontrarse con la necesidad de encontrar un propósito más profundo junto a sus ansias infinitas de más aventuras. ¿Cómo puede añadir un propósito a sus viajes? A continuación te explicamos por qué deberías plantearte trabajar como voluntario para una ONG en tu próximo viaje
¿Qué significa viajar con un propósito?
Viajar con un propósito es viajar con una intención. Significa ser consciente de en qué punto de tu viaje te encuentras y qué quieres obtener de él. Como todos somos diferentes y no hay una única forma de viajar, cada uno tendrá una intención diferente. Aceptemos nuestras diferencias. Tu singularidad, tus pasiones, tus habilidades y tus ambiciones tienen el potencial de aportar algo positivo a todas las personas que conozcas
Viajar con un propósito es hacer del viaje una experiencia de aprendizaje. Probablemente ya sepas que los viajes te aportan lecciones interminables y que son estupendos para tu crecimiento y desarrollo personal. Si añades una intención, puedes hacer que esta experiencia sea aún más enriquecedora y transformadora tanto para ti (el viajero) como para el anfitrión (la comunidad que visitas)
Retribuir a la comunidad cuando se viaja
Llevo cuatro años viviendo esta vida increíble que ha cambiado para siempre. Lo que empezó con el deseo de no pasarme toda la vida en mi ciudad natal me llevó a emprender un viaje épico por todo el mundo. Empecé en Nueva Zelanda, pasé por Asia y finalmente me enamoré de Latinoamérica
Pero en algún momento del camino me di cuenta de que, al igual que la vida es algo más que trabajo, viajar es algo más que viajar
Tras conocer mejor la vida y las luchas de muchos habitantes de Latinoamérica, mis intereses y prioridades cambiaron. Sabía que no quería ser otro turista inconsciente. Quería dedicar más tiempo a hacer cosas que tuvieran un impacto más profundo y mejor
Perseguir cascadas, escalar volcanes, hacer autostop y conocer gente nueva puede que me llene de satisfacción o adrenalina, pero no me llena de algo que he estado anhelando durante mucho tiempo: un propósito
De aventurero loco a voluntario reflexivo
Por mucho que me gustaran las aventuras épicas y estar en movimiento, quería dar prioridad a mis intenciones y dedicar parte de mi tiempo a devolver algo a la comunidad. Decidí buscar y solicitar proyectos comunitarios centrados en el impacto social en Latinoamérica. Había muchas oportunidades y enseguida encontré exactamente lo que buscaba
La transición de estar en movimiento todo el tiempo, sin rutina ni planes, a vivir en un lugar durante meses y tener una rutina estable, era algo que me preocupaba. Como mochilera que eres, estoy segura de que estarás de acuerdo en que estas son exactamente las cosas que intentamos evitar a toda costa… ¿Verdad?
Pero después de viajar durante tanto tiempo, también empecé a anhelar la rutina y la comunidad. Quería tener la misma cama para dormir y un lugar donde deshacer mis cosas (¿no lo hacemos todos, después de un tiempo?) Aunque me preocupaba sentirme imprudente y harta de la rutina, me abrí camino hasta mi primer puesto en una ONG en Ecuador
Y me alegro de haberlo hecho. Cambió por completo mi forma de viajar, me llenó de propósitos, me hizo más feliz y me sacó de la rutina
¿Por qué hacer voluntariado en ONG durante los viajes?
Las ONG u organizaciones no gubernamentales son organizaciones sin ánimo de lucro que apoyan una causa humanitaria especial. Como no suelen tener muchos fondos, dependen de los voluntarios para seguir trabajando y alcanzar sus objetivos. Ayudar, aunque sólo sea unas horas al día, puede marcar la diferencia y contribuir a su causa. Los voluntarios aportan un gran impacto positivo a los necesitados. Es más, muchas personas a las que les gusta ayudar a los demás afirman sentirse más felices y realizadas
Hay muchas razones por las que los viajeros deberían plantearse ser voluntarios de ONG durante sus viajes
El voluntariado es una forma estupenda de devolver algo a la comunidad. Cuando viajamos y visitamos estos hermosos lugares, pisamos tierras que pertenecen a comunidades. Visitamos brevemente lugares donde la gente vive toda su vida, a menudo durante generaciones. Las personas que nos acogen suelen ser muy amables y se esfuerzan por hacer que nuestra experiencia en sus países de origen sea lo mejor posible. Por eso merece la pena detenerse un rato y dedicar algo de tiempo a devolver algo a esas comunidades que nos acogen
El voluntariado en una ONG en el extranjero permite a los viajeros conocer mejor la vida y las luchas de la población local. Éste es un aspecto importante de los viajes. La mayoría de los lugares a los que nos gusta viajar son países subdesarrollados con mucha desigualdad y altos índices de pobreza. La vida de la gente suele ser más pobre que la nuestra en Occidente. Ver estos estilos de vida tan contrastados evoca sentimientos de empatía en los voluntarios, lo que les empuja a ser mejores viajeros. Esto tendrá un impacto positivo en las comunidades locales cuando viajen en el futuro
Es un gran intercambio cultural tanto para el viajero como para el anfitrión. Cuando dos personas (o más) de culturas diferentes se juntan tienen la oportunidad de intercambiar historias, ideas, opiniones y mucho más. Este tipo de colaboración permite una comprensión más profunda de la diversidad, para ambas partes. Es estupendo para tener una mentalidad más abierta y ser más comprensivo
Mi proyecto social favorito en el extranjero fue el voluntariado con emigrantes venezolanos en Colombia que cruzaban a pie todo el continente en busca de una vida mejor. Allí conocí a algunas de las personas más fuertes que se enfrentaban a retos y dificultades cada día. Esto realmente me hizo apreciar mi vida en casa, ya que adquirí un nuevo nivel de empatía hacia otras personas
Creo que el voluntariado con ONG en el extranjero me ha hecho mejor viajera y, por tanto, mejor persona. Dedicar mi tiempo a trabajar como voluntaria para organizaciones locales sin ánimo de lucro dio sentido a mis viajes. Aprendí que devolver algo a la comunidad es una de las mejores formas de agradecer a estos países y a sus comunidades que nos hayan acogido