Overtourism: cuando los turistas destruyen el paraíso (y cómo no ser uno de ellos)
Muchos conocemos esta escena: llegas a tu destino soñado después de mucha planificación y te dispones a visitar la atracción turística más famosa de la ciudad. Al llegar, lo que ves es una multitud de gente: grupos gigantes, familias de todo tipo y grupos de adolescentes haciendo un millón de poses.
No importa si es en el Coliseo de Roma o en el Salar de Uyuni, hay lugares que están realmente llenos de personas. Desde el momento en que un lugar se vuelve accesible a los turistas con una infraestructura adecuada para recibirlos y el destino cae en sus garras, todo se convierte en un mar de gente, fotos y souvenirs.
El problema comienza cuando estas multitudes se vuelven más grandes que la infraestructura que el lugar posee para recibirlas.
¿Un turista causa molestias a mucha gente?
Ya hace tiempo que los turistas vienen “molestando” a los nativos del lugar. Ya en la década de los 60 el sociólogo norteamericano Dean MacCannell describió a los turistas como criaturas necias, atraídas por “pseudoeventos” y por una “autenticidad escenificada”. Según MacCannell, los turistas llegan, quedan encantados por cualquier cosa y se van, de vuelta a su realidad, sin darse cuenta de la realidad del otro.
Hoy en día, ciudades enteras como Barcelona y Berlín luchan contra el avance de las plataformas colaborativas de alquiler de viviendas, que utilizan los hogares de quienes viven allí en nombre del turismo. Sin embargo, criticar o prohibir el turismo es contraproducente, especialmente porque gran parte de los ingresos de estas ciudades provienen de los turistas. Los académicos ya demostraron que culpar a los viajeros no es la solución al problema. Primero, antes que nada, es necesario comprender el problema.
¿Qué es el overtourism?
Simplemente porque un lugar este lleno de personas, no significa que un destino este saturado. En los estudios sobre turismo, esto se denomina “crowding” (masificación) y significa solamente que hay muchas personas en relación con el espacio. Pensemos en la Torre Eiffel en el verano o en Times Square en Nueva York.
La saturación ocurre cuando una afluencia masiva de turismo amenaza la cultura, la economía y la naturaleza del lugar. Un grupo de investigadores contratados por el Parlamento Europeo para realizar un estudio al respecto describió que “la saturación turística o overtourism es la situación en la cual el impacto del turismo en determinado momento y lugar excede su límite físico, ecológico, social, económico, psicológico y/o político».
Cómo Instagram ha contribuido al overtourism
Lugares muy concurridos no son necesariamente lugares amenazados. Sin embargo, con el surgimiento de las nuevas tecnologías de comunicación y el cambio en la forma en que viajamos, debemos incluir otro factor a la ecuación: el factor Instagram. Cuando decenas de influencers visitan un lugar, es probable que sus seguidores quieran repetir la foto.
Un ejemplo de esto es el monumento llamado Las Puertas del Cielo, en Bali.
Hay tantas fotos lindas en Instagram que hoy en día hay filas de turistas esperando su turno para tener un «momento influencer». El paisaje de alrededor, que no aparece en las fotos, no tiene nada que ver con lo que se espera. Pero el Templo Lempuyang, donde se encuentra las famosas puertas es sagrado para las personas de Bali y merece una visita (más respetuosa).
Paraísos amenazados
No solo los lugares ultra fotografiados sufren el overtourism. Según el estudio del Parlamento Europeo antes mencionado, los resultados pueden ser sorprendentes: el overtourism no amenaza a las grandes ciudades y a sus fastidiados habitantes, pero sí a las pequeñas ciudades rurales y al medio ambiente a su alrededor.
En conclusión, cuando la Sagrada Familia en Barcelona está llena, esto simplemente es crowding. Pero cuando el gobierno de Tailandia decide cerrar Maya Bay, su playa más famosa, hasta 2021, es porque la naturaleza ya no consigue recuperarse del daño causado por el turismo depredador. Es en este momento que debemos encender la señal de alerta y reconsiderar cómo elegimos los destinos de nuestros sueños, cómo viajamos y cómo regulamos la actividad turística.
Las facetas más peligrosas del overtourism
Cuando el overtourism está fuera de control puede acabar con lugares históricos, especies nativas y culturas antiguas. La presión que miles de turistas ejercen sobre un lugar es mucho mayor de lo que podemos imaginar. Los turistas dejan mucho dinero por donde pasan, pero también dejan grandes cantidades de basura.
Piensa en una pequeña ciudad que tiene un sistema de alcantarillado diseñado para 10,000 habitantes. Cuando el gobierno decide organizar un evento internacional que albergará a 2.000 personas, calculan cuántos dólares inyectan los visitantes en la economía, pero no piensan en los deshechos diarios que sobrecargan el sistema (sí, estamos hablando de pis y caca).
Un simple error de predicción puede reventar una tubería, interrumpir el suministro de agua de la ciudad, contaminar la capa freática y los ríos y hasta ¡una ciudad entera! ¿Parece una exageración? Bueno, esta es una situación común en algunas de las ciudades más turísticas de Sudamérica cuando se realiza el Rally Dakar.
Leyes de protección contra la saturación de lugares turísticos
¿Cómo resolver el problema? ¿Dejando de viajar? ¿Encerrándonos en casa y sollozar pensando en lugares que nunca veremos en vivo y en directo? No, el rol del turista no es resolver el problema de la infraestructura de ciudades enteras. Depende de nosotros respetar las reglas, no ser una molestia ni desperdiciar recursos naturales. Un ejemplo de éxito relativo es la montaña sagrada de Machu Picchu en Perú.
Nosotros, los mochileros, hemos estado escuchando durante años que Machu Picchu está a punto de cerrar. Hoy en día hay un límite de visitantes que las ruinas pueden recibir diariamente, como fruto de la presión del comité de la UNESCO que protege los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. La presión funcionó y podemos decir que Machu Picchu estará abierto durante mucho tiempo para los visitantes.
Cómo no ser uno de “esos” turistas
Todo mochilero piensa que sabe cómo viajar mejor que la “masa”, los visitantes de paquete turístico. No soy yo quien lo dice, sino que existen estudios al respecto. Los mochileros tienen más libertad para hacer su itinerario, pasar más tiempo en un solo lugar y no solo consumir paisajes y recuerdos y desaparecer. Esto es un hecho, aunque hay más factores para considerar.
Respetar las costumbres locales parece solo sentido común, pero es difícil percibir los matices culturales que nos diferencian de nuestros anfitriones si no prestamos suficiente atención. Indague sobre las costumbres antes de viajar, haga preguntas, escuche y observe. Usted y sus amigos están super emocionados de viajar en tren a una capital europea, con estilo, lo sé, pero para los demás que están en el tren, puede ser otro viaje de su casa al trabajo. Es importante respetar el silencio de otros.
En definitiva, colóquese en el lugar de quien ocupa el mismo espacio que usted.
Formas sostenibles de viajar
El Rio Hostel, Santa Marta, Colombia @elriohostel
Ya existen formas más sostenibles de viajar y probablemente ya practique muchas de ellas. El hostal es la mejor manera de alojarse, ya que permite tener más contacto con otros viajeros, cambiar el alojamiento por trabajo y ocupar menos espacio que en una cama King size en un hotel cinco estrellas.
Además, se puede cocinar y evitar las montañas de basura que generan los restaurantes de comida rápida.
También, con una mochila, probablemente no pase todo el día ocupado con actividades y de tour en tour. Al viajar a un ritmo más lento y permanecer más tiempo en un solo lugar, reduce la huella de carbono, está en contacto con las personas del lugar y puede descubrir cómo es realmente vivir allí.
7 consejos para llevar a cabo el turismo sostenible
Estos son algunos consejos súper simples que se pueden implementar en el próximo viaje, ayudando a disminuir los efectos negativos del overtourism y permitiendo que podamos visitar estos destinos por mucho más tiempo:
- Cuando sea posible, elija viajar entren o autobús en lugar de tomar el avión.
- Lleve su botella de agua reutilizable y utensilios de metal (sorbete, cubiertos y plato).
- Investigue bien sobre el lugar a donde va y elija viajar en temporada baja.
- «En Roma, haz como los romanos», es decir, actúe y coma como un local, incentivando pequeños negocios familiares en lugar de las multinacionales.
- Elija bien sus souvenirs para evitar contribuir a las industrias depredadoras (nada de plumas de pájaros, piedras preciosas, pedazo de sitios arqueológicos).
- No visite atracciones que utilizan animales, como paseos en elefantes.
- Nunca deje su basura tirada por ahí, especialmente al visitar reservas naturales, el lema es “no deje nada, llévese solo fotos”.
Sobre la autora 
Mariana Eberhard es periodista y traductora freelance. Vive en Berlín, madre de una familia germano-brasileña y coleccionista de plantas tropicales. En su tiempo libre, intenta terminar un doctorado en sociología del turismo, donde investiga mochileros en América del Sur y conflictos culturales. Algunos de sus textos están en el blog Travel Praxis.
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